El proceso de “Latinoamericanización ” de la República Argentina


Por Leonardo Barreto

Partamos de una premisa: ¿Es Argentina un país latinoamericano?

A priori, la respuesta es afirmativa. Está geográficamente ubicada en América, específicamente en América del Sur, y comparte historia en su inicio como Estado-Nación con el resto de Latinoamérica. Un territorio invadido por españoles que explotaron los vastos recursos, y que luego, con el tiempo, fueron expulsados mediante revoluciones y guerras por parte de los habitantes del territorio, para así después iniciar con el proceso de formación de un país. En este caso, el argentino.

Hasta acá, podríamos decir que comparte rasgos comunes con varios países de la región. Sin embargo, justo en este punto de formación, es donde el país rioplatense empieza a distanciarse de sus naciones hermanas.

A diferencia de países como Venezuela, Colombia, o República Dominicana, Argentina tiene una base étnica mucho más europea. Esto debido a que no tuvieron una fusión europea-indígena-africana, como sí lo tuvieron los países ya mencionados.

Esto no significa que Argentina no tenga pueblos originarios ni gente de tez oscura. No obstante, si observamos la población étnica argentina a lo largo de su existencia desde que Argentina se constituyó como un Estado-Nación, éstos siempre han quedado relegados a ser un porcentaje muy minoritario en el país y a estar concentrados en el norte de la República, fuese por la razón que fuese.

Argentina, al haber sido un país modelo como Estados Unidos o Australia a principios del siglo XX, fomentó -leer artículo 25 de la Constitución Nacional- y recibió una fuerte migración europea a lo largo y ancho de su territorio, al igual que dichos estados, y que con el pasar de los años, se fue mezclando entre sí. Ese es un motivo que hace que los extranjeros asocien a los argentinos como sinónimo de gente de raza caucásica y de gente rubia de ojos claros. Mientras que, por otro lado, al resto de los países de región, se los asocia con gente de tez morena u oscura.

Más allá de que luego Argentina tuvo sus reveses económicos a lo largo de su historia, siempre tuvo cierto flujo de migración europea, aunque cada vez más en menores cantidades. Y eso, no solo vino acompañado de la raza caucásica, sino también de la cultura misma. Tal punto puede ser ilustrado con la música.

Argentina en el exterior se la conoce como “La Nación del Tango” -que nace, se desarrolla y con el tiempo se queda solo en la capital del país-, el cual es un género musical muy europeo, ignorando por completo el cuarteto (que nace en Córdoba, y se asemeja al merengue dominicano), la cumbia (que se la asocia a Santa Fe y al norte del país, pero que también tiene parecido con la cumbia colombiana) y otros géneros musicales originados en el norte del país. Nadie -o casi nadie- afuera de Argentina conoce a La Mona Jiménez o al Chaqueño Palavecino, resultado del porteñocentrismo que se exporta al exterior.

Durante la década de los 70s, 80s y 90s, Argentina empieza a estar más relacionada con el rock gracias a exponentes como Gustavo Cerati y Charly García. Un género musical que es prominentemente estadounidense e inglés en el mercado internacional. Mientras esto sucedía, en esos años, países como Venezuela, Colombia, Perú, República Dominicana, Cuba y Puerto Rico desarrollaron la salsa, el merengue y la bachata, que son ritmos nacidos como mezcla de la cultura africana, indígena y europea que confluían en dichas naciones.

Entonces, ¿por qué hablamos de “latinoamericanización” de la República Argentina? Porque es el fenómeno que está impactando en el país actualmente, pero es un proceso que empezó a partir de la década de los 2000s, de forma lenta y progresiva, producto de muchos factores que confluyen entre sí, que podemos ver plasmados en la sociedad.

El primero, es el apartamiento voluntario por parte de los rubios o caucásicos argentinos de los grandes centros urbanos hacia los countrys, los colegios privados y las universidades privadas. Si uno mira un vídeo del Archivo DiChiara que esté situado en los 80s, donde se esté entrevistando a gente en el centro de la ciudad porteña, o a chicos de colegios públicos (como el ex Colegio Nacional de Buenos Aires) o de la Universidad de Buenos Aires, se puede observa que esa gente era rubia y/o de raza caucásica, con un acento marcadamente porteño. Sin embargo, si hacemos lo mismo con entrevistas de este año, se notará que son cada vez menos. Y eso nos lleva al segundo factor.

En estas últimas décadas, la migración europea que tenía la Argentina, fue reemplazada por una fuerte y actual migración latinoamericana a los grandes centros urbanos. Las universidades y colegios públicos se están llenando de venezolanos y de colombianos, que son de culturas más abiertas, que los peruanos y los bolivianos, que tienden a ser más sectarios y juntarse con gente de su propia nacionalidad. Esto permite que, en ciudades como Córdoba y Buenos Aires, en sus centros urbanos, podamos observar venezolanos y haitianos, que cada vez son más, producto de la crisis socioeconómica que sufren ambos países, mientras que las otras nacionalidades migran en busca de mayores oportunidades.

A todo esto, tenemos que añadir que el éxodo actual que se da por parte de las clases medias y altas argentinas (que son descendientes de italianos, españoles, alemanes, entre otras nacionalidades europeas) producto de la actual crisis económica que atraviesa el país, hacía Estados Unidos, Canadá u algún país perteneciente a la Unión Europea, hace que queden menos caucásicos y rubios, y abunden más los mestizos.

Y el tercer factor, es que Argentina, a su manera y con su toque, poco a poco, empezó a producir música más parecida a la que se produce y se escucha en el resto de la región, como el reggaeton y el trap.

El reggaeton nace a finales de los 90s en Puerto Rico con artistas como Vico C, y el trap a principios de dicha década en el sur de Estados Unidos con grupos como Three 6 Mafia. Éste último, resurge en América Latina a partir de 2016 con artistas como Bad Bunny, que también es puertorriqueño. Ambos géneros musicales tienen su origen en los barrios pobres de dichos países.

Si bien con el pasar de los años, Venezuela, Colombia y República Dominicana empieza a desarrollar dichos géneros musicales, no es sino a partir de los 2010s que Argentina empieza a hacer lo mismo. Empiezan a nacer artistas como Duki, Cazzu y Paulo Londra, haciendo trap y reggaeton, logrando así dominar las radios de la región. Después, Argentina empieza a hacer una derivación del mismo en fusión con la cumbia villera, conocida como RKT, cuyos máximos exponentes del momento son L-Gante, Kaleb Di Masi, y el difunto Noba, los cuales están siendo exportados al resto de Latinoamérica.

Todos estos factores nos ayudan a concluir que, recién ahora, Argentina se está convirtiendo en un país latinoamericano. Y no faltará mucho para que alguien de dichas nacionalidades, ejerza algún cargo electivo de alto rango dentro del Estado nacional, provincial o municipal.