Entre la libertad y la pandemia

Por Bernardo Fassi

“Este 9 de Julio en particular, si se vivió ese espíritu de libertad y de independencia, pero no hacia un reinado europeo. si no hacia una pandemia que nos mantenía recluidos dentro de nuestras casas”

El pasado jueves nueve de julio, los argentinos tuvimos la oportunidad de conmemorar una de nuestras fechas patrias con mayor relevancia (quizá inclusive, la más importante) que nos toca como nación. Es que un mismo jueves, pero de 1816, decidimos continuar con nuestro camino hacia la consolidación de uno de nuestros derechos fundamentales: la libertad. Así, de esa forma, fue que las Provincias unidas del Río de La Plata decidieron dar un gran paso en la conformación de lo que sería nuestro país, declarando formalmente la ruptura de vínculos con la monarquía española, entablando el camino a seguir como nación y como pueblo.

Y es que en conmemoración de esa fecha, es que parte del pueblo argentino decidió salir a manifestarse, no sólo para conmemorar esa fecha, sino que, más bien, para manifestar su disconformidad con la actualidad que nos toca vivir, haciendo revivir ese espíritu de lucha por la independencia y la libertad expresado ese día hace ya 204 años. Dicha disconformidad, es dada principalmente por los más de 100 días de cuarentena, siendo considerada una de las cuarentenas más largas del mundo, además de tener en cuenta, pareciera ser también, una de las más duras, ya que en tan solo el período de 2 mese, se calcula que unas 18 mil empresas terminan por desprenderse de aproximadamente más de 284 mil empleados, según datos de la AFIP, haciendo que un aproximado de 21.600 empresas cierren sus persianas. Esto, debido al encierro ordenado por el Ejecutivo Nacional, obligando a los ciudadanos a quedarse en sus casas, lo que en muchos casos, significó el obligarlos a quedarse sin ingresos o que estos mismos se vieran disminuidos.

Sin embargo, pareciera que este 9 de julio en particular, si se vivió ese espíritu de libertad y de independencia, pero no hacia un reinado europeo, sino hacia una pandemia que nos mantiene recluidos dentro de nuestras casas, arriesgando el futuro de miles de personas que están cada vez más cerca de quedar sin sustento, que el día de mañana podrían unírseles más individuos a esta situación, que deberán de observar cómo se convierten en parte de la estadística. Una pandemia la cual desequilibró a un gobierno que, tuvo que observar, como parte de su pueblo salió a marchar, ya cansado del encierro, ya cansado de tener que sacrificar su libertad a costa de un supuesto “mal menor”, donde se espera, según cifras del FMI, una caída del 9,9% del producto interno bruto de nuestro país, haciendo tambalear aún más a unos pilares ya gastados que sostiene a este país y haciendo tambalear a sus ciudadanos, que cada vez pierden la esperanza de ver una respuesta efectiva de su gobierno. Un gobierno que observó cómo el espíritu de libertad no se apaga, continuando en el pueblo argentino . Un pueblo que demuestra que es la mejor conmemoración de ese 9 de julio de 1816, resaltando la lucha de ser un poco más independientes que lo identifica, una lucha de no bajar los brazos, ni siquiera cuando las cosas se ponen tan difícil como ahora. Porque, al fin y al cabo, eso representa este día, a no bajar la cabeza y aguantar lo que se viene, a tener la posibilidad de vivir sin ataduras. Y luego de más de 120 días de aislamiento, no considero un mejor momento para terminar con esas ataduras.

Pareciera ser ,entonces, que este día pasará a los registros como una de las conmemoraciones más fidedignas de ese espíritu de libertad, expresado por cada argentino que ya no aguanta el estar encerrado, por esos argentinos que decidieron poner la voz en alto reclamando por poder salir a trabajar, a volver a una normalidad que, desafortunadamente, no pareciera que volverá a ser tal. Un día en el cual se vive historia nuevamente, por afrontar la pandemia mundial más grande en 100 años, por aguantar 4 meses encerrados, pero, principalmente, por protestar para ser un poco más libres, para volver a trabajar y para no dar ni un paso atrás frente a un gobierno que, encontrando su aval en el covid-19, pareciera querer dar pasos agigantados frente a uno de nuestros derechos fundamentales y el responsable de que el 9 de julio sea tan recordado: la libertad.