Las otras mujeres

“Son estas mujeres, de las cuales poco se conoce, las qué ayudaron qué muchas mujeres hoy puedan gozar de libertades fundamentales en África y Asia. Son estas mujeres el ejemplo de qué la fe y el amor por el qué sufre pueden también cambiar el mundo.”

Vivimos en el siglo de las mujeres, donde ellas son la noticia de todos los días y ellas están en boca de todos. Aunque imposible en este tiempo no escuchar sobre alguno de los distintos movimientos feministas o sobre los grupos qué intentan combatirlas, existe  un grupo de mujeres qué escapa al conocimiento colectivo.

Un grupo de mujeres qué,  si bien fue más modesto, provocó cambios sociales extraordinarios y son el ejemplo de qué la Fe puede ser la motivación para conseguir un mundo más justo.

Esta es  la historia de las otras mujeres

Para poder entender a nuestras protagonistas, es necesario primero repasar un poco sobre la historia de la parte del mundo qué las vio nacer y qué les dio los recursos para ser quienes eran.

Desde su descubrimiento, Estados Unidos fue un refugio para aquellos qué necesitaban dejar sus países en pos de la libertad. Es así como cientos de protestantes , de distintas denominaciones,  dejaron sus casas en el  viejo mundo y encontraron su hogar en el nuevo.

Ahora qué eran libres, lejos de los estados absolutistas, entendieron qué para seguir siéndolo y evitar ser manipulados debían tener el conocimiento necesario para tomar decisiones fundamentadas.

Es así como nacen las primeras escuelas primarias mixtas en los Estados Unidos, teniendo índices de alfabetización qué superaban por lejos a la mayoría de los países de Europa.  

Fue tal el éxito de estas escuelas, qué para principios del siglo XIX prácticamente no existía analfabetismo femenino, lo qué abría un mundo de posibilidades para las mujeres protestantes de Estados Unidos en contraposición a sus pares católicas del resto de las recién formadas naciones americanas.

A este grado de conocimiento, se suma un hecho trascendental, qué marcaria la forma en qué las mujeres se movían en la sociedad.

A partir de 1740,  en Estados Unidos de produjeron una serie de “despertares” qué cambiaron la  forma de concebir la fe.

De una fe fría, encerrada en capillas y catedrales, a una dinámica qué salía fuera de las puertas de la iglesia y se comprometiá con las personas necesitadas. 

Este cambio de paradigma hizo que cientos de mujeres , solteras y casadas, se ajustarán la faldas de sus vestidos y se metieran de lleno en las misiones. Es tal el impacto de estas mujeres, qué fueron capaces de crear universidades de medicina y destruir redes enormes de trata en países como en la India,  como fue el caso de Amy Carmichael y Sophia Scudder. 

Fue en estas mujeres poco convencionales qué Domingo Faustino Sarmiento prestó su especial atención y terminó contratando 61 de ellas como maestras para nuestro país .

No era para menos, estas mujeres no solo eran socialmente más activas y más educadas qué la mayoría de las mujeres argentinas, sino qué además tenían ideas absolutamente revolucionarias.

Además de conocimientos básicos en ciencias, muchas de estas mujeres eran “sufragistas y luchadoras por los derechos de la mujer en ese momento, algo así como Jo March, la heroína de Mujercitas, que llegaron al interior argentino a difundir su prédica evangelizadora.

Proponían la honestidad, la religiosidad, la verdad y el respeto al individuo, entre otros postulados novedosos para la época como lo expresa Laura Ramos en su libro “las señoritas”.

Escupidas, insultadas, discriminadas y hasta incluso apedreadas por su fe y sus ideas, estas mujeres abrieron el camino para cientos de nuevas misioneras qué llegaron de manera independiente a nuestro país y qué colaboraron en realizar cambios profundos.

Abrieron escuelas, brindaron asistencia sanitaria  para mujeres pobres, asistieron a comunidades de pueblos nativos ( qué atravesaban profundas necesidades) y fomentaron la lucha por los derechos de las mujeres, la libertad religiosa, la educación laica y la  separación de la iglesia del estado. 

Si bien es cierto que en argentina su obra no es tan significativa, en todo el mundo podemos encontrar cientos de ejemplos de misioneras protestantes qué hicieron cosas qué muchos de nosotros no nos atrevemos  a hacer. 

Enseñar a leer a caníbales, pilotar aviones en la selva, rescatar mujeres de la trata, oponerse a religiones totalitarias qué esclavizaban a las mujeres, refugiar perseguidos, son solo algunos de los ejemplos de los aportes de estas mujeres en favor de un mundo más justo.

Son estas Mujeres, de las cuales poco se conoce, las otras mujeres qué ayudaron qué muchas mujeres hoy puedan gozar de libertades fundamentales en África y Asia. Son estas mujeres el ejemplo de qué la fe y el amor por el qué sufre pueden también cambiar el mundo.