Otra vez sopa, digo lluvia

La lluvia moja, a veces más, a veces menos. Depende de la intensidad, puede ser una llovizna, chubascos, torrencial, eléctrica, con granizo, etc. Tiene su encanto, es una ducha al aire libre. ¿Quién nunca se empapó o corrió por la lluvia para llegar? Aunque, es todo más difícil con ella, tenés que agarrar un paraguas, las botas o un sobretodo; fijarte cuando va a parar; sí te suspendieron tus planes…

Tras una semana a pura lluvia, no se pudieron realizar actividades fuera del hogar. Vivieron un déja vu post pandemia: por un lado, la fiaca de hacer el plan por las condiciones del día; por otro lado, tener que quedarse en su casa devuelta, después de un año de encierro. 

¿Podríamos clasificar como víctimas del síndrome de Estocolmo a aquellos que les gusta pasar tiempo bajo su techo tras el aislamiento social preventivo? El hecho de no poder estar interactuando presencialmente fue una realidad que nos tocó en el 2020. Los mayores afectados fueron los jóvenes, claro está porque son los que están en su etapa madurativa y las relaciones sociales son de gran importancia para ellos. Además, que de al menos de ser paciente de riesgo o estar en permanente contacto con uno, no debería presentar un agrado de estar en su hogar antes que realizando alguna actividad fuera de el o por lo menos, con otros de sus pares.

¿Antes de la pandemia, a quién no le gustaba a veces tomarse un día para estar en paz? Apuesto que más de uno lo habrá hecho. Pero luego de más de un año y medio de tiempos muy cambiantes, esa minoría disminuyó porque se cansaron de estar así. El cerebro actúa mejor cuando cambia constantemente de ambiente; tal vez parece una ridiculez pasar de trabajar en tu escritorio a la cocina pero a la mente le encanta estar activa. También, realizamos menos esfuerzo tanto físico y  mental el año pasado cuando no teníamos que preocuparnos de ir de un lado a otro; aunque, esa rutina era esencial para vos pero no estabas pensando cómo sería sin ella…

La lluvia moja, a veces más, a veces menos. Depende de la intensidad, puede ser una llovizna, chubascos, torrencial, eléctrica, con granizo, etc. Tiene su encanto, es una ducha al aire libre. ¿Quién nunca se empapó o corrió por la lluvia para llegar? Aunque, es todo más difícil con ella, tenés que agarrar un paraguas, las botas o un sobretodo; fijarte cuando va a parar; sí te suspendieron tus planes…

Por: Juan Eduardo Wehner (@juaneduwehner)