Otro 2 de abril. Una mirada a las Islas Malvinas

Otro 2 de abril, a 40 años del inicio de la denominada “Guerra de Malvinas” o Conflicto del Atlántico Sur, esa guerra controversial entre aquella Argentina y el Reino Unido. Un día muy especial, pocas veces entendido más allá de la subjetividad, del imaginario popular, de esa identidad propia argentina, muy nuestra en un sentimiento característico de “amor” irracional por éste territorio. Ese Archipiélago de las Islas Malvinas, formada por la Isla Gran Malvina (al Oeste) y la Isla Soledad (al Este). Que tiene una superficie de 12,173 km² (para situarnos y compararlas, representaría el 7,36% de la superficie total de la Provincia de Córdoba, que cuenta con una superficie de 165.321 km²). Ubicadas en la plataforma continental argentina, a sólo 690 kilómetros de la costa de Río Grande (Tierra del Fuego – Argentina) y a unos 12.700 kilómetros de Londres (Reino Unido). Tan cerca y a la vez tan lejos de nuestra Argentina profunda. Una tierra mística en el medio del Océano Atlántico Sur, llena de historias y regada por la sangre de nuestros jóvenes soldados en aquel año 1982.

Desde aquí recorreremos desde otra mirada, una “Breve Historia de las Islas Malvinas”, aquello que son “Más que números que dejo el Conflicto del Atlántico Sur” y una “Malvinas argentinas , una marca distintiva en los argentinos” a más de 40 años de un 2 de abril que marco un antes y un después en cada argentino.

Breve Historia de las Islas Malvinas:

Tal vez, desde nuestra perspectiva actual y revisionista de la historia es imposible no asociar a las Islas Malvinas y Soledad con el conflicto desatado a partir del 2 de abril de 1982. Sin embargo, éste territorio guarda una enorme historia que antecede a estos hechos bélicos y de allí partimos.

Esta región es similar al resto al Sur de la Argentina, y fue habitada hasta hace un par de siglos por aquellos “hombres gigantes”, pueblos originarios como los Yámanas y Selknam (también denominado “Onas”). Primeros pobladores descriptos por los Europeos que navegaban por primera vez esta región en sus espectaculares y narradas expediciones en altamar, frecuentando estas zonas inhóspitas para aquellos tiempos del Siglo XVI.

Los primeros registros de los territorios datan de las expediciones de Américo Vespucio, allá por 1501 y que facilitaría a futuras empresas en estas regiones en las décadas subsiguientes.

Sin embargo, los primeros registros concretos llegarían de la mano de las expediciones lideradas por Hernando de Magallanes, divisándolas y realizando en 1520 de la mano de Esteban Gómez, que formaba parte de su tripulación, el primer mapa especifico de la Isla.

En el año 1690, por primera vez es avistada por una expedición británica y es denominada “Falklands” (nombre que asignan los británicos al archipiélago) por Anthony Cury, quien en ese momento poseía el titulo de Vizconde de Falkland, Escocia.

El primer asentamiento en estas islas se formaría a principios del año 1764 bajo la Corona de Francia con Louis Antoine de Bougainville, donde sitúan Port Louis (por el Rey Louis XV de Francia) en la zona Este del archipiélago, sobre la actual Isla Soledad y de esa manera surge la denominación “Les Malouines” (posteriormente “Malvinas”), ya que la embarcación que llegaba al lugar tenia en su mayoría a tripulantes que habían partido del puerto de Saint-Malo (costa de la región de Bretaña, en Francia) y allí el honor de colocar su gentilicio como nombre de las mismas. La ceremonia de toma de posesión, se realizó el 5 de abril de ese año y el decreto real de posesión fue firmado por Luis XV el 12 de septiembre. Un año después el asentamiento ya poseía 150 habitantes.

El Reino Unido por su parte forma su primer asentamiento en el año 1766, con un fuerte en la zona Oeste del archipiélago (lo que en la actualidad es la Isla Gran Malvina) y lo denominaron Port Egmont.

La Corona de España con el Marqués de Grimaldi y la de Francia con el Duque Choiseul al mando de las negociaciones que ya habían iniciado en 1765 llegan a una conclusión en el año 1767con una acuerdo surgido de los Pactos de Familia, que ese mismo firmen en Madrid la transferencia de la colonia a la Corona Española.

A partir de ese momento, España toma el control de las Islas Malvinas y en 1768 empieza con desalojos y la orden de expulsar o destruir Port Egmont, culminando en 1775 con toda la población británica en el archipiélago.

En 1810 se establece el Primer Gobierno Patrio y el Virreinato del Río de la Plata se hace con el Poder que hasta ese momento se situaba en el Monarca de España Fernando VII. Aplicando así la Teoría de la Retroversión, donde el poder volvía al pueblo, haciéndose con la posibilidad de formar un nuevo gobierno y correspondiéndole los territorios que hasta ese momento poseía España, incluyendo las Islas Malvinas en el territorio marítimo.

Entre 1820 y 1828 se sucedieron diversos Gobiernos Militares en las Islas Malvinas. Hasta que el 10 de junio de 1829 Luis Vernet se estableció oficialmente en la Isla Soledad y fue nombrado Primer Comandante Político Militar en las Islas Malvinas, considerado así como el primer Gobernador de las Islas Malvinas. Esto resonó en Gran Bretaña y desde ese momento se empezaron a gestar revueltas en desacuerdo de la comandancia argentina en Malvinas, como la de Henry Fox, por aquel entonces Ministro del Reino Unido en Buenos Aires.

Este periodo concluye en 1833 con la invasión de Gran Bretaña a las islas, expulsando a toda la población argentina que rondaba en 300 personas, de las cuales 150 eran población estable sobre Malvinas. Incluyendo al flamante Gobernador Luis Vernet. Marcando así un antes y después del dominio geográfico de Reino Unido sobre las Islas Malvinas (en este momento pasan a ser nombradas “Falklands Islands”) y se empieza a insertar población de origen británico, los que pasarían a denominarse con el tiempo como “Kelpers”.

Más que números que nos dejó el Conflicto del Atlántico Sur:

A 149 años de la Invasión Inglesa de 1833 a las Islas Malvinas, tras negociaciones bilaterales que no concluyeron de manera positiva, el 2 de abril de 1982 con la denominada Operación Azul, Argentina vuelve a tomar el poder de las Islas Malvinas, flameando allí nuevamente nuestra bandera nacional y surgiendo así un conflicto que nos daría innumerables historias de valentía, coraje, y dolor, mucho dolor pero sobre todo orgullo de los soldados que formaron parte de la gesta. Estas historias tan innumerables que no alcanzarían libros para narrarlas. En 74 días que duró el enfrentamiento y en el se estableció una zona de exclusión total de 200 millas náuticas, donde cualquier aeronave o buque estaba en condiciones de ser atacado dentro de esta superficie marítima.

De algo estoy seguro, la Guerra fue cruel para ambos lados del conflicto, porque las Islas Malvinas son un terreno hostil para el hombre, por su naturaleza gélida y remota, desértica y ventosa.

Desde otra mirada nos vamos a centrar en el Reino Unido, que fue el hipotético “vencedor”. Pero para los mismos no fue un conflicto más, significo el despliegue de su Fuerza Naval más imponente desde la Segunda Guerra Mundial. Con más de 118 barcos y 10.300 hombres (enfrentados a 15 barcos y 10.587 hombres que poseía la Armada Argentina). En Ejército, Reino Unido desplego 10.700 soldados contra 10.289 soldados argentinos que se movilizaron para el enfrentamiento armado.

En lo aéreo hubo particularidades, ya que Reino Unido contaba con 6.000 soldados contra 2.314 soldados argentinos. Los británicos tenían en su poder 117 aviones (contra 219 que tenia la Fuerza Aérea y la Armada Argentina), marcando hitos y hazañas formidables que se destacan de los pilotos argentinos, que llevaron inclusive a replantarse ciertas estrategias bélicas como la utilización de radares para detección en maniobras de ataque a bajas alturas.

Argentina en este conflicto tuvo dificultades severas y entre ellas se encuentra la falta de apoyo a nivel internacional. Contando solamente con aliados como Perú, Venezuela o indirectamente y de manera extraoficial la extinta URSS (Unión de Republicas Socialistas Soviéticas). Mientras que de el otro lado, la Corona Británica tenia aliados como la OTAN (Organización de Tratado del Atlántico Norte); Estados Unidos facilitando información a través de satélites y la entrega de misiles que eran utilizado por los aviones británicos para ataques denominado aire – aire; Belice brindando logística naval y Chile, entregando datos militares e interfiriendo en comunicaciones radiales argentinas. Sin contar con los territorios de ultramar como la Isla Ascensión que por su cercanía en el Atlántico Sur a las Islas Malvinas fueron de importancia como base británica.

Como todo conflicto bélico dejó bajas significativas en lo material y sobre todo en las perdidas humanas, profundas e irrecuperables. En el caso de Argentina hubieron 649 caídos (de los cuales 323 fallecieron el 2 de mayo en el que es considerado uno de los crímenes de guerra más atroces, el hundimiento del ARA General Belgrano, con 1094 tripulantes alcanzado por dos torpedos del Submarino inglés HMS Conqueror, ambos se encontraban fuera de la zona de exclusión marítima que se había establecido), además de 60 aviones derribados y 3 barcos hundidos. Por su parte, los británicos tuvieron 255 caídos en este conflicto, además de 11 aviones derribados y 7 barcos hundidos.

Malvinas argentinas, una marca distintiva en los argentinos:

Es imposible no reflexionar en este 2 de abril como argentino y sentir que Malvinas argentinas es una marca distintiva por dentro. Desde la identidad nacional hasta en el rememorar y escarbar en la memoria el porqué de la ausencia de centena de jóvenes soldados argentinos, que regaron el suelo de las Islas Malvinas y Soledad con su sangre.

Sin dudas, es imposible para mi persona escribir algo sobre esta gesta sin cierta subjetividad o cayéndome una lagrima que parte de lo profundo de mi persona. Tal vez por caer en esa pertenencia incuestionable de decir que son nuestras, en esa identidad cultural que emanan de ellas y que simbolizan nuestros errores o aquellas virtudes a alcanzar como pueblo argentino. Desde la lucha en el día a día para no regar con sangre joven este suelo, luchando por la libertad y por aquello que haga grande a nuestra Argentina. En lo humano valorando y dándole el significado a cada veterano que se encuentra cerca, con el gesto honroso de ver en ellos a unos próceres vivientes, que aún caminan con nosotros, a veces como un ciudadano normal y nos narran esas epopeyas increíbles o las bajezas humanas que devienen con la guerra.

Puedo estar equivocado o acertado en mi reflexión final, sin embargo de algo estoy seguro y es sobre esa marca distintiva que significa Malvinas, una marca que nunca va a desaparecer y que a cuatro décadas sigue resonando desde el Océano Atlántico como nuestras aunque estén en dominio británico y que desde ese 1982 guarda una parte de cada niño, de cada joven, de cada adulto, de cada abuelo, de cada caído, de cada veterano, pero sobre todo de cada argentino que haya nombrado a lo largo de su vida “Las Malvinas son argentinas”.