Esto propicia a que la Unión Europea se convierta en un espacio donde las preocupaciones de los miembros más susceptibles a una posible intervención de su soberanía se disputen con los intereses económicos dependientes de los recursos naturales que aporta Rusia”
Pedro Agustín Enríquez
La proximidad geográfica, el abastecimiento de recursos energéticos, y la historia diplomática y política han hecho que Europa y Rusia hayan sido en gran medida quienes han dado forma al nuevo orden mundial que hoy conocemos.
Del lado occidental encontramos grandes potencias, como Alemania y Francia. Junto a estas, Polonia Y Lituania, dentro de la Unión Europea, y a Ucrania, por fuera de esta, configuran un eje con menor relevancia en el sistema internacional, pero con fuerte influencia a la hora de tomar decisiones respecto a las relaciones con Rusia a raíz de identidad y pasado que los vinculan estrechamente.
A partir de la independencia ucraniana del 1 de diciembre de 1991 las relaciones con Rusia han sido conflictivas. Desde el primer momento se percibió la clara intención rusa de recuperar su influencia al este de Europa y repatriar a sus compatriotas rusos que se encontraron divididos por un nuevo estado. Sus intentos de recuperar Ucrania se basaron en dos intentos de invasión. la primera en Crimea el 2014 y actualmente en la región del Dombas, conflicto hasta ahora con posibilidad de anexionar la mayor parte o la totalidad del país.
La posición de Rusia es simple, monopolizar el abastecimiento de gas y petróleo a Europa y expandir su influencia en Europa del Este, manteniendo su seguridad fuera de la OTAN y Estados Unidos.
Estos dos elementos son fundamentales para propiciar la paz en la región. La dependencia de los hidrocarburos bajara los costos de sus exportaciones a través de gasoducto ruso Nord Stream y garantizara las inversiones en armamento militar, otro producto de gran importancia que lo colocan como la tercera potencia con más gasto en materia militar según el pib global.
Dentro de la Unión Europea existen distintas controversias acerca de dos opciones que marcarían la posición ante Rusia. En primera instancia seguir siendo dependientes de su influencia a través de los recursos energéticos, u oponerse a cualquier tentativa de expansionismo y violación del derecho internacional que esté dispuesto a perpetrar Vladimir Putin.
Tanto Alemania como Francia dos promotores del crecimiento europeo importan sus recursos mediante billones de euros que Rusia utiliza para acrecentar su armamento militar y perpetrar sus ambiciones anexionistas, dejando expuestos a miembros ubicados al este de Europa.
Esto propicia a que la Unión Europea se convierta en un espacio donde las preocupaciones de los miembros más susceptibles a una posible intervención de su soberanía se disputen con los intereses económicos dependientes de los recursos naturales que aporta Rusia, fuente primordial de su crecimiento.
Actualmente existen dos grupos que demuestran las divergencias sobre las actitudes que debe tomar la Unión respecto a rusa. Están los “socios estratégicos” (Alemania, Francia, Italia, España), que priorizan las relaciones con Alemania y podrían vetar decisiones que contrapongan los intereses rusos y los “nuevos paladines de la guerra fría”, dispuestos a vetar cualquier relación económica o política que incrementara la influencia rusa en la región.