Aquella noche del 19 de diciembre del 2001

Aquella noche del 19 de diciembre de 2001, la misma noche en la que los argentinos ya pasados 20 años no podemos amanecer ni ver el sol aún.

Todo fin tiene un inicio, aquel 2001 pronosticaba el inicio de muchos finales, entre ellos de la relativa estabilidad política y democrática que se asentaba en nuestro país desde 1983. Y esta narración general apunta a ello, no a buscar culpables ni mercenarios en estos hechos que antecedieron al caos; sino hacer una mera reflexión de los actos que se reflejaron en las calles y quedan en las retinas de muchos argentinos aún y tal vez solamente en el resonar de los de nuestra generación que apenas tenían un par de años de vida o ni siquiera habían nacido. Con un lema generalizado y resonante hasta el día de hoy que es el: ¡Que se vayan todos!

¿Cómo fue la Década anterior?

Primero, para entender los principios de la Década del 2000, tenemos que entender que los años 90′ fueron un punto culmine para la sociedad argentina, principalmente en lo económico, donde mediante políticas como la del Plan de Convertibilidad implementada en el año 1991 bajo la Presidencia de Carlos Menem y el Ministro de Economía Domingo Cavallo se había alcanzado una estabilidad, con la reducción de la inflación, el mantenimiento de los precios y el valor de la moneda siendo preservada.

Época criticada y sin grises, que sin embargo y de manera innegable alcanzó para otorgar a la mayoría de los argentinos una mejor calidad de vida, con la posibilidad de viajar al extranjero, comprar bienes extranjeros y sobre todo, un punto clave a futuro, que era la compra y solicitud de préstamos en dólares a tasa de interés muy bajas.

Luego, este periodo próspero alcanzó su punto de escalada en el año 1998, cuando se empieza a visualizar una inminente recesión (fase del ciclo económico en la que la actividad económica se reduce, disminuye el consumo y la inversión, produciendo también un aumento en el desempleo).

Causadas por factores externos a nivel internacional como las crisis cambiarias del Sudeste Asiático y de Rusia, que disminuyeron inversiones en países en desarrollo como Brasil (principal socio comercial de Argentina), nuestros vecinos que desde agosto hasta octubre de 1998 sufrieron una crisis monetaria que dio el fin de su propio Plan de Convertibilidad que también llevaba a cabo el país vecino, similar al establecido en nuestro país desde 1991, provocando la suba del dólar y un estancamiento en ese año del mercado que llevaba adelante con Argentina y en 1999 una caída definitiva del mismo.

El Gobierno de De La Rúa, cambios en el Ministerio de Economía y la antesala al desastre:

El Gobierno de Fernando De La Rúa inicia su Presidencia el 10 de diciembre de 1999 junto a su Vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez, habiendo obtenido una victoria con su Frente denominado “Alianza” por la Unión Cívica Radical con un 48,37% sobre el Partido Justicialista que llevaba a Eduardo Duhalde como presidenciable, que habían obtenido un 38,27% de votos alcanzados en las Elecciones Presidenciales realizadas el domingo 24 de octubre de ese mismo año.

La candidatura de De la Rúa tenía como bandera una de las tantas cuestiones que se había instalado en la sociedad argentina en los 90´que era mantener el Plan de Convertibilidad a rajatabla, una de las propuestas que lo llevo al Sillón de Rivadavia sumada al intentar reducir el gasto público, principalmente de las Provincias, que habían crecido exponencialmente desde 1995.

Sin embargo, hay algo que caracterizó al Gobierno de De La Rúa fue la inestabilidad, desde su organización interna, hasta con la puja de poder que se visualizaba dentro de la Unión Cívica Radical y sus personajes más importantes. Como muestra de ello podemos encontrar la renuncia y para muchos analistas el abandono de su Vicepresidente “Chacho” Álvarez el día 6 de octubre del 2000, a tan sólo 8 meses de haber asumido, de una manera injustificada y sin un por qué claro, si bien el mismo declaraba que era por las complicaciones de manejar la Presidencia del Senado, además de la Corrupción que se visualizaba dentro de su propio Gobierno.

Esta crisis institucional sumada a una crisis económica al caer con el estallido de la burbuja Punto Com en marzo de 2000 que llevaba a un aumento en las tasas de financiación (con un 14% anual en dólares) agravando la recesión de la economía local, con menor recaudación de impuestos y un incremento notable en el déficit fiscal, generando desconfianza a nivel Internacional en relación a pagos y solicitud de Préstamos sin que se le aplique tasas cada vez más elevadas. Todo esto, lleva al primer Ministro de Economía de la gestión José Luis Machinea a impulsar medidas como la Ley de Flexibilización Laboral, que recortaba sueldos y jubilaciones en el ámbito estatal, empezando a aumentar un “termómetro social” en la Población que empezaba a reaccionar con malestar.

Ante la crisis institucional de la Renuncia de Álvarez se empiezan a ver las salidas de depósitos del sistema bancario argentino, movimientos que se iban a profundizar y llevarían a Machinea a impulsar un Blindaje Financiero en diciembre del 2000 y que resultaría en un fracaso rotundo ya que duraría sostener el retiro de depósito solamente por cuatro meses, hasta marzo de 2001 (mes donde se produce la mayor salida mensual de depósitos de la historia argentina), llevando así a Machinea presentar su renuncia.

Ante la renuncia de Machinea con su fracasado “Blindaje Financiero”, asume como Ministro de Economía y segundo en la gestión, Ricardo López Murphy, tratando de implementar un ajuste fiscal drástico, reduciendo jubilaciones, presupuestos para la Educación, postergación de sueldos, privatizar el Banco Nación y reducir gastos de salud. Algunas medidas oportunas, otras desmesuradas que le valieron las salvajes críticas sociales lo tomarían como otro fracaso con su renuncia ante la solicitud de De La Rúa a tan sólo 15 días de haber asumido el Ministerio.

Ante la renuncia de de López Murphy y una Argentina ya hundida en un déficit presupuestario, se nombra como nuevo Ministro de Economía y tercero en la gestión a Domingo Cavallo, autor del Plan de Convertibilidad durante el Gobierno de Menem.

Hechos antecedentes de Aquel fatídico 2001:

Entonces, aquel 2001 parecía deslumbrar fuertes golpes a la Sociedad y a la Economía argentina.

El 5 de marzo de 2001 asume Domingo Cavallo el Ministerio de Economía teniendo como Jefe de Gabinete a Chrystian Colombo, personaje criticado posteriormente por el Economista refiriéndose al mismo como: “Fue el único error mío aceptar asumir con Colombo como Jefe de Gabinete, ya que nunca nos ayudó.”

Cavallo durante esta gestión trato de llevar diversas políticas económicas tratando de apaciguar la enorme crisis que se estaba produciendo, entre ellas en mayo, el Acuerdo con el FMI, aunque no se habian cumplidos las metas para ese primer trimestre de 2001.

Posteriormente, ante la inmensurable deudas de las provincias, sus imposibilidades de conseguir nuevos financiamientos y el Estado Nacional ya imposibilitado de acceder al mercado de bonos. Impulsa en julio de 2001 la Ley de “Déficit Cero” que buscaba prevenir y reducir los gastos primarios por parte de las Provincias y la Nación.

Todo esto, de la mano del Megacanje, el Decreto 648/01 que habilitaba esta operación, un sistema por el cual Argentina que ya estaba imposibilitada de pagar sus deudas otorgaba títulos con tasas de interés del 5% por otros con una “mejor financiación” a largo plazo.

En noviembre de 2001, la Subdirectora del FMI, Anne Osborn Krueger anunciaba que nuestro país no recibiria más dinero. Esto llevando a provocar un verdadero pánico en el ámbito bancario.

Esto era sumatoria al ámbito político y al malestar social que cada vez crecía más y más, y se veía en las urnas en las elecciones que se celebraban el 14 de octubre de 2001, con marcada abstención y una cantidad increíble de votos en blanco, denominados “Voto Bronca” que en la Provincia de Buenos Aires alcanzó el 22,5% (solamente atrás de Duhalde que había obtenido el 35.8%) con la particular historia que entre los votos impugnados con “boletas falsas” resaltaba la figura de Clemente (historieta de Caloi) como una de las más votadas, por su analogía al no tener brazos, haciendo entender que no podría robar como los políticos que se encontraban en el Poder.

El Corralito y ese diciembre oscuro para la Argentina:

Diciembre de 2001 arrancaba tormentoso para la realidad argentina, ya complicada por la situación económica en depresión.

El 2 de diciembre se iba a dar una de las políticas más controversiales, que marcaría un antes y un después en la historia argentina. El famoso Corralito, que el propio Cavallo define como una “Restricción a retiro de Efectivo a $1000 por mes”, así se establecía una medida que solamente permitía a los individuos a retirar $250 por semana desde los Bancos, provocando un malestar aún mayor del que existía en ese momento.

Generando una escasez de monedas circulando y permitiendo el surgimiento ante el no poder devaluar ni emitir, de las denominadas “Cuasimonedas” entre ellas las más conocidas, el Patacon (emitida por la Provincia de Buenos Aires) y el Bono Lecop (emitido por el Estado Nacional).

Existen muchas críticas hacia Domingo Cavallo, una de las más reconocidas emitidas por José Ignacio de Mendiguren (Ex Presidente de la UIA en 2001) que dice: “No reconoció el fin de la Convertibilidad, para sostenerlo, se llegaron a emitir 18 monedas.” Refiriéndose al no aceptar que ya estaba concluido el Plan de Convertibilidad y era insostenible. Sin embargo, Cavallo tiene una respuesta para ello diciendo: “La Convertibilidad, el 1 a 1 era intocable. Lo que era insostenible era el gasto de las Provincias y sus deudas, no la convertibilidad como tal.”

El malestar en las calles se fue profundizando, empezando por las marchas que llevaron a acciones como las del 18 y 19 de diciembre con Saqueos innumerables en todo el país y principalmente en la del Conurbano en la Provincia de Buenos Aires a Supermercados, Tiendas y diversos comercios. Sumados a los miles de argentinos que salían a protestar llevaban a una crisis a un pozo jamás visto.

Que se intensificaban ante las luchas que se generaban entre Fuerzas de Seguridad y manifestantes.

Todo esto tuvo su punto explosión la noche del 19 de diciembre del 2001 ante la declaración de Estado de Sitio del entonces y aún Presidente Fernando De La Rúa en cadena nacional, que lejos de dispersar a los manifestantes y restaurar un orden ante la convulsión que se visualizaba a Nivel Nacional, provocó aún más enfrentamientos, daños y heridas a una sociedad argentina que vio en carne propia la desestabilización a partir de esta noche. Con teorías que aún resuenan sobre si eran marchas autoconvocadas o no, si existían caudillos o barones atrás o si existía un plan dentro del propio espacio para alejar a De la Rúa del Poder.

Esa noche caótica vio caer la Renuncia de Domingo Cavallo, Ministro de Economía ante los reclamos de la gente en la calle. Que por pedido del Presidente De La Rúa renuncia este día.

Con una frase y lema que resonaba a toda la clase política que decía: ¡Que se vayan todos! y otra que hacía alusión a una verdadera Revolución diciendo “Si este no es el pueblo, el pueblo donde esta”.

El 20 de diciembre de 2001 se produce la realidad de una verdadera “Crónica de una Muerte Anunciada”. Y ante una Plaza de Mayo revuelta por Manifestantes y represión policial. El Presidente Fernando De La Rúa hace entender de su renuncia y se retira de la Casa Rosada en el Helicóptero Presidencial que posa encima de ella y genera una de las imágenes más fuertes en la historia argentina desde el retorno de la Democracia en nuestro país.

Dejando el saldo de 39 muertos en estos días oscuros y con una incertidumbre que se iba a acrecentar aún más con el paso de los días, que llevaría a 5 Presidentes en 10 días a la Casa Rosada (De La Rúa, Puerta, Rodriguez Saá, Camaño y Duhalde).

Con un Duhalde finalmente asentado como cabeza del Poder Ejecutivo, con frases como la del 1 de enero de 2002 como: “El que depositó dolares, recibirá dolares” y acciones llevadas a cabo 5 días después, donde se produce el famoso Corralón, y todos los argentinos que depositaron la divisa extranjera, veían de manera obligatoria la pesificación de sus ahorros, generando nuevas marchas y ataques a bancos. Sumadas a una devaluación del 40% que sufriría la Argentina ese año.

La noche de la que nunca amanecimos y ya no vimos el sol:

Desde lo personal, haciendo el análisis de eventos ocurridos entre el 18 y el 20 de diciembre de 2001 fue imposible no encontrarme con unas lágrimas de por medio tratando de mantener la objetividad del informe, tal vez de impotencia ante los hechos que sucedieron y que nos sumergieron en una crisis inimaginable.

Una crisis y una noche que nos persigue hasta el día de hoy, 20 años después y con hechos similares. Corralitos encubiertos, ineficacia en la política y un futuro que se torna siempre más complicado para el argentino y sobre todo la juventud, esa juventud que siempre impulsa a éste país sin importar crisis, gobiernos o represiones. Con momentos más altos y bajos, con gobiernos más o menos democráticos, con más o menos libertades y con una sociedad argentina que siempre aguanta. Puedo decir sin titubear que aquella noche del 19 de diciembre nos oscureció, dos décadas después no amaneció aún y seguimos sin poder ver el sol como país.

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